domingo, 20 de octubre de 2024

VALORES. 3r Ciclo. Optimismo y actitud positiva. Actividades competenciales.

 CUENTO EN CASTELLANO

VISUALIZACIÓN VIDEO - LUCKY YOU.



El Jardín de los Sueños de Ana

Había una vez una niña llamada Ana que vivía en un pequeño pueblo rodeado de colinas verdes y cielos siempre azules. A pesar de que todos en su alrededor parecían siempre estar preocupados por algo —ya fuera por las tareas, el trabajo o las pequeñas dificultades del día a día—, Ana tenía una peculiaridad: siempre sonreía.

Su sonrisa no era solo por costumbre, sino porque veía el mundo de una manera diferente. Para Ana, cada problema era una oportunidad, cada nube oscura traía la promesa de una nueva aventura, y cada día empezaba como un libro en blanco listo para ser llenado con momentos felices.

Un día, mientras paseaba por el bosque cercano, Ana descubrió algo mágico. En medio de los árboles, entre dos enormes robles, había un jardín secreto. Era un lugar lleno de flores de todos los colores, mariposas que danzaban por el aire y un riachuelo que cantaba suavemente mientras fluía. Pero lo más increíble del jardín era que parecía crecer según cómo se sentía Ana. Si estaba contenta, las flores crecían más brillantes, los pájaros cantaban con más alegría, y todo el jardín parecía sonreír junto a ella.

Ana se dio cuenta de algo muy especial: su optimismo y alegría hacían que el jardín floreciera. "¿Qué pasará si algún día no puedo sonreír?" pensó. Pero rápidamente descartó la idea, porque sabía que siempre había algo bueno en cada situación, solo había que buscarlo.

Con el tiempo, Ana decidió compartir su jardín con sus amigos del pueblo, quienes, a diferencia de ella, solían preocuparse mucho. Pedro, su mejor amigo, siempre se quejaba de lo difíciles que eran las tareas de la escuela; Clara, la vecina, decía que la lluvia arruinaba sus días; y Sofía, su compañera de clase, estaba convencida de que nunca lograría sacar buenas notas.

Una tarde, Ana invitó a todos al jardín. Al principio, sus amigos no notaron nada especial, pero conforme Ana les animaba a ver el lado positivo de las cosas, algo mágico empezó a suceder. Pedro, que había estado quejándose de sus tareas, descubrió que con una actitud positiva y algo de esfuerzo, podía resolver problemas que antes parecían imposibles. Clara, que siempre detestaba la lluvia, se dio cuenta de que sin ella no habría flores tan hermosas. Y Sofía, que siempre temía fallar en los exámenes, comprendió que cada error era solo una oportunidad para aprender.

El jardín de Ana se llenó de risas y alegría, y, para sorpresa de todos, las flores crecieron más alto que nunca, los pájaros cantaron más fuerte, y el aire se llenó de una energía tan positiva que los problemas parecían desaparecer por completo.

Desde aquel día, los amigos de Ana comenzaron a ver la vida de una manera diferente. Entendieron que, aunque los días podían tener dificultades, siempre había algo bueno esperando ser descubierto. El optimismo no solo hacía que las cosas fueran más fáciles, sino que también les permitía disfrutar de los pequeños momentos de felicidad que antes pasaban desapercibidos.

Y así, cada vez que sentían que el día no iba bien, cerraban los ojos, pensaban en el jardín de Ana y dejaban que la alegría llenara su corazón, sabiendo que un poco de optimismo siempre podía cambiar su perspectiva.

El jardín de los sueños de Ana siguió floreciendo no solo en aquel rincón del bosque, sino también en los corazones de todos los que aprendieron a mirar la vida con una sonrisa.


Actividades sugeridas tras el cuento:

  1. Debate en grupo: Pregunta a los alumnos: ¿Qué harían si tuvieran un "jardín mágico" como el de Ana? ¿Qué situaciones pueden ver de forma más optimista en sus vidas diarias? ¿Cómo podría cambiar su día si en lugar de ver lo negativo, buscaran algo positivo?

  2. Escritura creativa: Pide a los alumnos que escriban un breve párrafo sobre un día que pensaban que sería malo, pero que terminó siendo positivo. ¿Qué hizo que cambiaran su perspectiva?

  3. Creación del "Jardín del Optimismo": Los alumnos pueden dibujar su propio jardín, añadiendo elementos que simbolicen la alegría, la amistad, el optimismo y otros valores importantes para ellos. Pueden compartir con el grupo cómo su jardín refleja su manera de ver la vida con alegría.

  4. Dinámica de agradecimiento: Pide a los estudiantes que escriban en una hoja tres cosas que los hicieron sonreír esa semana. Luego, pueden compartirlas con un compañero para descubrir que, a pesar de los retos, siempre hay algo positivo.


CONTE EN VALENCIÀ




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